miércoles, 1 de julio de 2015

Correspondencia ajena II

Una vez más me sumo a la propuesta de Lolita y os dejo una pequeña parte de mí para que me entendáis mejor y así, tal vez, comprenderme yo misma mejor a mí también.

                                     Emisor: tú ; Receptor: Alguien que te hizo Daño

Querido tú,
Volvemos a encontrarnos entre mis letras, una vez más, mientras la razón me grita que te olvide y tú te alejas como siempre hiciste.
No te culpo por hacerme daño, la verdad. Han pasado tantas cosas desde entonces que sería ridículo hacerte cargar con todas las culpas de mis sueños rotos y de los recuerdos teñidos de la esencia de un tiempo mejor. 
Aun así, no te equivoques. No pienso darte las gracias por todo este dolor, por enseñarme a querer y a que el amor duele. No te mereces nada más, y juro que yo no pienso darte más razones para que sigas creyendo que eres ese alguien que me hizo daño, y te sientas orgulloso por ello, o culpable.
Me duele tanto el cuerpo de soportar tus mentiras, tus sonrisas, tus idas y venidas y tus promesas lanzadas a quemarropa, que ahora sólo pienso en no pensar en ti.
Se acabó el culparte, y el creer que todavía te debo algo, se acabó todo, y te escribo porque después de tantos suspiros y lágrimas, quiero que sepas que el tiempo nos venció, o al menos acabó con la idea de poder estar juntos.
Por eso, no quiero ser tu amiga, ni tu carga, ni tu logro; la razón por la que pavonearte delante del mundo, ni por la que sentirte mal. Simplemente quiero que cojas todo el dolor que me hiciste algún día y lo vuelvas pura indiferencia, como juro que yo estoy haciendo.
Y si me ves por la calle caminando, con la cabeza gacha y el paso firme, y dudas entre sonreír o mirarme con pena, simplemente baja la mirada y olvida que algún día nuestros ojos se cruzaron.
                                                                                                           Atte, nunca y siempre tuya.

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