sábado, 6 de diciembre de 2014

Relegué eso de llorar a un segundo plano

Las lágrimas se agolpan cada día que él gira por la esquina y sonríe con esa mirada de suficiencia...

No era nada del otro mundo, pero tampoco lo era de éste. Mentiría si dijese que era guapo, atractivo, un quita hipo en toda regla, pero ese aire de "sé lo que quiero" hacía que una confundiera el norte y pusiera marcha al polo sur de la locura sin frenos ni precauciones. Marcha a lo inevitable. A lo vitable. A todo aquello que me daba vida. A él y a su forma de preocuparse sin preocuparse, y de desgarrarme el alma con cada cadencia de su voz.
Era ese alguien y punto. Y punto y final. Sin peros que dieran lugar a una excepción, porque él en sí ya era una excepción. Alguien diferente en un mundo demasiado monótono como para no corromperlo, como para no acabar con ese "sé lo que quiero" y transformarlo en escombros de una armadura que dejó de protegerlo del mundo.
A día de hoy todavía recuerdo los restos de ese chico que ya no existe, de ese que no pudo plantarle cara a la vida.
Por eso cada vez que su mirada vacía se encuentra con la mía, me tragó las ganas de llorar y me concentró en buscar tras sus pupilas el amor que se consumió y que nunca pudo ser.



viernes, 5 de diciembre de 2014

Bifurcaciones.

El viento siempre nos llevó juntas allá donde fuimos.
Yo con ella y ella conmigo.
Recorrimos las mismas calles millones de veces, las mismas que fueron hechas a nuestra medida, las mismas que aguantaron el peso de nuestros sueños hasta que no pude más y tuve que seguirlos a ellos.
El destino jugó mis cartas y me llevó lejos, lo suficiente como para que ella no pudiese venir conmigo, lo suficiente como para que las aceras borraran mis huellas...
Yo lloré cada noche de cada día a lágrima por recuerdo hasta quedarme dormida soñando el resto.
Y mentiría si dijese que hoy puedo sonreír por fin cuando los recuerdos siguen sucediéndose y repasándose a fuego lento en mi memoria. 
Me hubiese gustado que las cosas fuesen distintas, sin tantos recuerdos y muchos más reencuentros. Pero ni el tiempo ni el espacio nos lo permitieron.
Hoy sigo recorriendo el camino que cada día nos separa más, y sé que el olvido nos lleva ventaja aunque yo trate de correr más y alejarme de él.
En realidad creo que cada vez me estoy acercando más. Separándome más de ti. 
Tú dejaste de correr hace tiempo, y sé que prefieres ir con calma y no tropezar por el camino. Pararte en cada esquina y no arriesgarte a que el mundo de tumbe.
Yo sin embargo sigo avanzando con lágrimas en los ojos, cayendo cada día y volviéndome a levantar, sin que nada me frene.
Tal vez esté malgastando el tiempo y tendría que volver a ti. 
A recorrer caminos con paso firme y a tener más cuidado con las piedras.
A quitarme el dolor que tiñe nuestros recuerdos.
A tenerte a ti...
No obstante sigo corriendo, Sigo avanzando.
Sigo luchando un sueño que tal vez me cueste caro.
Sigo arriesgando. Y cayéndome. Y llorándote.
Pero sigo siendo yo,
Yo un poco más valiente. 
Yo con ganas de luchar un futuro donde andar despacio no sea la única opción.