viernes, 5 de diciembre de 2014

Bifurcaciones.

El viento siempre nos llevó juntas allá donde fuimos.
Yo con ella y ella conmigo.
Recorrimos las mismas calles millones de veces, las mismas que fueron hechas a nuestra medida, las mismas que aguantaron el peso de nuestros sueños hasta que no pude más y tuve que seguirlos a ellos.
El destino jugó mis cartas y me llevó lejos, lo suficiente como para que ella no pudiese venir conmigo, lo suficiente como para que las aceras borraran mis huellas...
Yo lloré cada noche de cada día a lágrima por recuerdo hasta quedarme dormida soñando el resto.
Y mentiría si dijese que hoy puedo sonreír por fin cuando los recuerdos siguen sucediéndose y repasándose a fuego lento en mi memoria. 
Me hubiese gustado que las cosas fuesen distintas, sin tantos recuerdos y muchos más reencuentros. Pero ni el tiempo ni el espacio nos lo permitieron.
Hoy sigo recorriendo el camino que cada día nos separa más, y sé que el olvido nos lleva ventaja aunque yo trate de correr más y alejarme de él.
En realidad creo que cada vez me estoy acercando más. Separándome más de ti. 
Tú dejaste de correr hace tiempo, y sé que prefieres ir con calma y no tropezar por el camino. Pararte en cada esquina y no arriesgarte a que el mundo de tumbe.
Yo sin embargo sigo avanzando con lágrimas en los ojos, cayendo cada día y volviéndome a levantar, sin que nada me frene.
Tal vez esté malgastando el tiempo y tendría que volver a ti. 
A recorrer caminos con paso firme y a tener más cuidado con las piedras.
A quitarme el dolor que tiñe nuestros recuerdos.
A tenerte a ti...
No obstante sigo corriendo, Sigo avanzando.
Sigo luchando un sueño que tal vez me cueste caro.
Sigo arriesgando. Y cayéndome. Y llorándote.
Pero sigo siendo yo,
Yo un poco más valiente. 
Yo con ganas de luchar un futuro donde andar despacio no sea la única opción.


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